El proceso de envejecimiento es algo que, mal que nos pese, nos sucede a todos. Nuestra cara, nuestros rasgos, se van modificando con el paso de los años. Cómo nos ha tratado la vida también suele reflejarse en nuestra mirada, la expresión facial, los cuidados que hemos dado a nuestra piel. La alimentación, el clima, los hábitos... Pero también los sentimientos, las emociones, van modelando lo que somos y lo que aparentamos. Claro está que tenemos muchas técnicas y ayudas para retardar el efecto del envejecimiento o mejorar el aspecto de nuestra piel, pero las emociones de algún u otro modo se dejan entrever. Hay expresiones faciales que nos inspiran simpatía o antipatía, ternura o irritabilidad, sin que la otra persona apenas haya pronunciado ni una palabra. A veces es una reacción acertada, pero muchas es injusta. Y dice el refranero popular que al llegar a la madurez tienes la cara que te mereces. Yo rectificaría y diría que, en todo caso, lo que tienes es la cara que te has ganado, que te has trabajado, que por méritos naturales o forzados has conquistado o te ha conquistado a ti. Y por todo eso que sucede en el intervalo de años y décadas de vida, resulta tan fascinante este vídeo donde ese proceso sucede ante nuestros ojos en menos de cinco minutos, de manera lenta pero seguida, poco a poco, fotograma a fotograma, casi imperceptible pero imparable minuto a minuto...
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Quién soyFotógrafa y escritora. Utilizo la fotografía y nuevas narrativas para visibilizar emociones, grupos sociales y trabajar la comunicación profunda. Archivos
Agosto 2017
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